La villa de Grado es conocida por las fiestas de La Primera Flor, la Segundo Flor y Santiago y Santana y, especialmente, por su mercado dominical.
Estos edificios, situados en la Plaza General Ponte, no pasarán desapercibidos.
A la izquierda, la Casa de los Fernández Miranda, del s. XVIII, con sus pilastras dividiendo la fachada y óculos sobre las ventanas altas. A la derecha, la Casa de los Arcos, con sus sillares de piedra caliza rosada, también del s. XVIII, a la que se le añadió una tercera planta a finales del s. XIX. En el centro, la Torre del Reloj del Ayuntamiento, del s. XIX.
La villa de Grado ha destacado históricamente por ser una de las más activas de Asturias en cuanto a la celebración de mercados y ferias. Por eso este monumento a las vendedoras del mercado realizado en 1999 por José Luis Iglesias Luelmo.
Los domingos (desde el año 1256) Grado se convierte en un gran centro comercial al aire libre. Tiene uno de los únicos mercados tradicionales de domingo en Asturias y España donde también abren los comercios (pues el lunes cierran).
Aquí se mezclan frescor de los productos de la rica huerta moscona (fabas, fréjoles o vainillas, arbejos, berzas, repollo, coliflor, cebollas, patatas...), el color de las frutas autóctonas (nueces, ablanas, castañas manzanas, cerezas, piescos...), el olor del pan de escanda, del quesu afuega'l pitu, de la sidra dulce, de los tocinillos y de los embutidos de la tierra, con el gran surtido de tejidos y confecciones, complementos, ferretería, aperos, muebles, decoración, hogar, etc.
Y todo ello acompañado por una variada oferta gastronómica de la hostelería local.
La villa de Grado ha destacado históricamente por ser una de las más activas de Asturias en cuanto a la celebración de mercados y ferias. Por eso este monumento a las vendedoras del mercado realizado en 1999 por José Luis Iglesias Luelmo.
Los domingos (desde el año 1256) Grado se convierte en un gran centro comercial al aire libre. Tiene uno de los únicos mercados tradicionales de domingo en Asturias y España donde también abren los comercios (pues el lunes cierran).
Aquí se mezclan frescor de los productos de la rica huerta moscona (fabas, fréjoles o vainillas, arbejos, berzas, repollo, coliflor, cebollas, patatas...), el color de las frutas autóctonas (nueces, ablanas, castañas manzanas, cerezas, piescos...), el olor del pan de escanda, del quesu afuega'l pitu, de la sidra dulce, de los tocinillos y de los embutidos de la tierra, con el gran surtido de tejidos y confecciones, complementos, ferretería, aperos, muebles, decoración, hogar, etc.
Y todo ello acompañado por una variada oferta gastronómica de la hostelería local.
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